El reencuentro.
Después de casi 24 horas, llegar a Hanoi-Vietnam y sentir el frescor en mi cara, me encantó, porque lo que esperaba era ese calor húmedo que simboliza a Asia.
La espera de algo en concreto es lo que normalmente provocaba, en tiempos pasados, que me defraudase , decepcionase o incluso frustrase. Pero ahora lo que me gusta decir y sentirlo a la vez es: Por algo será. Y eso hace que mi cuerpo se afloje abriéndome a otra posibilidad inesperada y porque no, mejor o distinta. Cuando decidí hacer este largo viaje a la aventura sabía que eso sería parte del equipaje y de mi cotidianidad.
Volver a encontrarme en alguna parte de Asia otra vez, me traía una sensación extraña como de estar en casa, quizás porque en mi último viaje aprendí como moverme al ritmo de ellos y eso me creaba una cierta seguridad. Sabiendo también que cada país tiene sus particularidades y abriéndome a ello con respeto y curiosidad.
Soledad que lo invades todo que entra como un frío, calando mis huesos que me invitas a mí, cuando yo no quiero. Que me…
Me tubo que despertar la azafata al aterrizar, porque me había tomado un relajante muscular para dormir todo el vuelo; era la primera vez…
LA DECISIÓN. Por aquel entonces, a principios del 2.008, cenando con mi amiga Salo, ambas coincidíamos con que algo nos faltaba, que no nos…
EL ALGARVE Con los miedos encima de la mesa, reconocidos y hablados, empezamos el viaje… Tu llevando el rumbo…